Koan: regreso (propio)

[Dojocho Oriol]

#5771

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El alumno iniciado eufórico dice al Maestro (Deshi):
– Maestro, por fin he encontrado lo que he buscado tantos años, el Dojo y el camino son maravillosos, me siento pleno/a, ¡seguiré aquí hasta el fin de mis días!

El Maestro responde:
– Muchos Deshi (discípulos)antes que tu han tenido esa pasión y han abandonado en los grados kyu altos, por no decir de los alumnos.
Mantén siempre tu guardia. El camino es muy duro y mantenerse (Voluntad) es difícil.

El discipulo:
– No Maestro, se que nunca abandonaré.

Pasados pocos años y lleno/a de excusas de la vida, el estudiante abandonó el camino sin dar explicaciones…
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Pasado algunos años de abandono, un alumno regresó a su Dojo (lugar donde se aprende el camino), y dando todo tipo de explicaciones y argumentos, finalmente pidió permiso al Maestro para retomar el camino (el entrenamiento).

El Maestro respondió:
– Bienvenido a Casa, tienes las puertas abiertas, más esto deberá servirte para aprender de la experiencia, mantén siempre tu guardia.

El alumno euforico con una inclinación de cabeza que casi toca el suelo, agradeció a su Maestro y lo llenó de halagos:
– Gracias Maestro, es usted el mejor, le doy mi palabra de que ahora si, nunca abandonaré el camino, me llena completamente y solo estoy seguro en la vida de que esto es lo más importante para mi (…).

El Maestro no le dejó seguir:
-Date las gracias a ti mismo… eres tu el que ha vuelto a Casa (Dojo), yo como Maestro y Guía (Sensei) nunca os abandonaré.

Pasó el tiempo, el alumno abandonó de nuevo el camino sin despedirse.
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Un alumno volvió por segunda vez a su antiguo Dojo, excusándose a su Maestro, y pidiendole volver de nuevo al Dojo y al Camino (Do). Esperaba con ansia volver a sus entrenamientos y comenzar a pulir de nuevo su interior.

El Maestro respondió:
– Lo siento pero las puertas del camino en este Dojo están ahora cerradas para ti. Mi mano es firme cuando tomo decisiones, y así debe ser, por Respeto a lo que aquí enseñamos y representamos.
Te deseo lo mejor en la vida y rezaré para que tengas éxito.

EL alumno le acuso e increpó:
– Pero Maestro, ya me dejaste volver una vez al Dojo, esta vez es la misma situación, no comprendo porque ahora me niega el entrenamiento. No tiene bondad, ni compasión, enseña unas cosas pero no da ejemplo y después hace otras… ¡Usted me dijo que nunca me abandonaría!

El Maestro observo con rostro impasible y la mirada gélida, el alumno sintió frio en su alma mientras el Maestro habló:
– Efectivamente yo nunca te abandoné, así que acusate a ti mismo… fuiste tu quien abandonó.
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[Autor]

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